¿Cómo prevenir un ictus?
Hoy 29 de octubre se celebra el Día Mundial Contra el Ictus.
Como en casi todas las patologías existen diversos factores modificables que favorecen la aparición de la enfermedad. Por tanto, se puede prevenir.
Hasta el 90% de los casos de ictus se podrían evitar con una adecuada prevención.
He escrito este artículo con la intención de arrojar algo de información y sobre todo esperanza para los pacientes y sus familiares.
¡Espero que te guste! Te espero en comentarios.
¿Qué es un ictus o infarto cerebral?
Un ictus se define como una alteración brusca de la circulación sanguínea del cerebro.
La falta de oxígeno y nutrientes en el cerebro tiene consecuencias muy graves para la salud pudiendo producir daño cerebral y secuelas de por vida en el 50% de los casos.
De hecho, es la segunda causa de muerte en España, la primera en mujeres y la tercera en hombres.
Según el “Atlas del Ictus 2019” anualmente la incidencia de nuevos casos en España, entre personas mayores de 18 años, es de 72000 casos.
Tipos de ictus:
Hay dos grandes tipos.
- Ictus isquémico, producido por la oclusión arterial por un trombo (85% de los casos)
- Ictus hemorrágico (15% de los casos) por rotura total o parcial de uno de los vasos sanguíneos del cerebro.
En función del tipo de ictus la prevención puede variar. Si bien las pautas generales son de ayuda siempre en ambos casos.
¿Cómo prevenir un ictus?
La respuesta es muy sencilla: modificando los factores modificables más influyentes en su aparición.
Lamentablemente, su ejecución y seguimiento a largo plazo es más complicado para muchos pacientes. Sobre todo, por la falta de conocimiento práctico para el día a día por parte de muchos pacientes. Algo que vengo observando desde hace años en consulta.
El acompañamiento y la formación práctica del paciente es fundamental a realizar en los hospitales y existe aún un gran trabajo por hacer. Sobre todo, por la falta de Dietistas-Nutricionistas en la sanidad pública española.
A pesar de ser un país cuna de la Dieta Mediterránea tan envidiada en otras latitudes, España no es un país donde la prevención se práctique con asiduidad.
Resulta sorprendente que el 90% de los ictus se pueda prevenir y aún exista una incidencia tan alta de casos anuales en nuestro país.
¡Algo estamos haciendo mal!
Factores modificables:
Cinco son los factores modificables más influyentes:
- No fumar.
- Consumo moderado de alcohol. Y si es nada, mejor!
- Mantener un porcentaje de grasa corporal adecuado. ¡No confundir con los kilos de peso!
- Ser físicamente activo. O practicar ejercicio físico diariamente.
- Llevar una alimentación saludable que nos ayude a evitar la diabetes, hipercolesterolemia, hipertensión arterial, etc. Patologías agravantes del riesgo.
- Otros: Evitar los tratamientos hormonales siempre que sea posible.
Está demostrado que el cuidado de estos 5 factores está asociado a una reducción del 80% de casos de ictus en comparación con quienes no los tienen en cuenta.
Evidentemente, yo me voy a centrar en explicarte cómo llevar una alimentación saludable para prevenir un ictus.
Pero recuerda, antes de empezar a hacer las cosas bien, es primordial dejar de hacerlas mal. Vamos allá!
Prevención Primaria: Prevención de la aparición de la enfermedad.
Si no has sufrido nunca un ictus pero tienes antecedentes familiares es primordial que consideres comenzar a cuidar tu alimentación.
Un ejemplo claro lo hemos visto en la evolución de China. Entre 2003 y 2013 la mortalidad por enfermedades coronarias ha subido un 213% asociado al aumento del consumo de grasas saturadas y carne roja y el descenso del consumo de fruta y verdura.
En un ictus isquémico (obstrucción arterial) existen dos marcados factores que favorecen su desarrollo:
** El colesterol: No es tan importante el total de colesterol de un alimento, sino lo que se llega a absorber. Existe cierta controversia aún en el consumo de la yema de huevo. Sin embargo, los fosfolípidos de la yema impiden la absorción del colesterol del huevo.
En la carne roja, sin embargo, el colesterol se absorbe acompañado de grasa saturada. Y ya a las 5 horas tras su consumo (post-prandial) se puede apreciar la alteración en el endotelio vascular (la pared de los vasos sanguíneos) favoreciendo el crecimiento de las placas de ateroma que obstruyen las arterias y favorecen el estrés oxidativo.
** Aparición de trombos: La homocisteína presente en la carne roja favorece la aparición de coágulos de sangre o trombosis. Se ha observado que niveles óptimos de vitamina B12 favorecen la reducción del riesgo. Es muy habitual tener niveles bajos de B12 en sangre. Y esto se ve favorecido por la edad y porque las analíticas no miden la cantidad de B12 activa en el organismo. Se necesita la medición de otra serie de parámetros.
Existe cada vez más evidencia, aunque aún hacen falta más estudios, que aseguran que una suplementación con vitaminas del grupo B pueden reducir los niveles de homocisteína en sangre y por tanto el riesgo de disfunción endotelial, trombosis y estrés oxidativo.
Pero como siempre digo a mis pacientes en el organismo también funciona aquello de que “no es más limpio el que mucho limpia sino el que poco ensucia”. Y en ese sentido la adherencia a una alimentación saludable regular nos ayudaría mucho a no tener que curar ni lamentar.
** Otros factores a considerar:
** Dieta Mediterránea:
El patrón alimentario con mayor evidencia para la prevención de un ictus es la Dieta Mediterránea (DMed). Está demostrado que reduce el riesgo de ictus en más del 70% de los casos tras 4 años. Mientras que los tratamientos con estatinas llegan al 40% en 6 años.
Muchas personas asocian la DMed a una dieta baja en grasas. Y no es así. El patrón de dieta mediterránea es:
- Bajo en: Azúcares y harinas refinadas. Bajo en carnes rojas y grasa saturada sobre todo de origen animal.
- Alto en: Cereales integrales y sus derivados, legumbres, frutas y verduras de diversos colores (altos en antioxidantes), pescado azul y grasas vegetales insaturadas (aceite de oliva, frutos secos, semillas…). Y por tanto, es baja en colesterol.
La DMed puede llegar a tener hasta un 40% de grasa saludable, lo que hace que la comida tenga una palatabilidad increíble!
En esta ilustración puedes ver cómo el perfil del tipo de grasa es más importante que el porcentaje de la misma en la prevención de aparición de ictus:
** Consumo de sal:
Es algo recurrente. Cada vez que pregunto en consulta por el consumo de sal, los pacientes tienden a expresar la poca sal que consumen. Y sin embargo, cuando hacemos la prueba… muchos se sorprenden al comprobar que consumen hasta 4 veces más sal a diario, del máximo recomendado.
En la población general, el consumo diario es de 5g/día. Y en pacientes de riesgo el límite máximo debería ser entre 2-3g/día.
Eso sí, entre sal añadida y sal incluida en los propios alimentos.
El consumo moderado de sal ayuda a prevenir y mejora la hipertensión arterial (HTA). Que está detrás de muchos casos de ictus hemorrágicos junto con el hábito tabáquico y otros.
Prevención secundaria: Prevención de la recurrencia de la enfermedad.
Como pude comprobar en los años que estuve trabajando en I+D en la Unidad de Ictus del Hospital Universitario Donostia, la prevención primaria funciona. No solo la aparición del primer ictus, sino en la reducción del riesgo de padecer un segundo accidente cerebro-vascular.
Si crees que llevas un estilo de vida saludable y tienes en cuenta los cinco factores que te explicaba arriba pero aún quieres mejorar, continúa leyendo porque aún puede hacerse mucho más:
** Microbiota y función renal:
Según estudios de investigación recientes la microbiota intestinal, es decir, los microorganismos que colonizan nuestro intestino, interactúan de forma importante en el incremento del riesgo cardiovascular. El consumo de grasa saturada y carne roja favorece la producción de sustancias tóxicas por parte de la microbiota intestinal.
El organismo tiene capacidad para eliminar estas sustancias por vía renal, pero claro… nuevamente estamos ante el mismo paradigma: Si nuestra función renal ya no es adecuada, o si la carga tóxica es mayor a la debida, se agrava el riesgo de ateroesclerosis.
¡¡Pero tranquilo todo el mundo!! También en esto la alimentación y sobre todo la suplementación con determinadas vitaminas y sustancias antioxidantes nos puede ayudar.
**Vitaminas del grupo B y suplementación:
Como comentaba arriba resulta muy importante hacer una correcta determinación de los niveles de vitamina B12 en sangre. Se estima que aproximadamente el 30% de pacientes tienen déficit de vitamina B12 e hiperhomocisteinemia. Esta última responsable del aumento de riesgo de sufrir un ictus.
Los niveles de B12 en sangre deberían ser bien medidos junto con niveles de homocisteína para poner un tratamiento adecuado que redujera el riesgo.
Igualmente, no todos los suplementos de B12 son adecuados para este fin. Se estima que la cianocobalamina pudiera ser peligrosa en pacientes con función renal inadecuada.
Los antioxidantes (vitaminas C, E, omega 3, etc) han demostrado reducir el efecto dañino de los radicales libres y el LDL-colesterol oxidado. La evidencia nos indica que la suplementación con sustancias antioxidantes sería protectora en la aparición de un nuevo accidente cerebrovascular.
** Genética: Hacia la nutrición personalizada.
Ya en 2013 descubrí la importancia de una correcta alimentación para reducir los biomarcadores genéticos de predicción de riesgo de ictus.
En nuestra investigación el caso se centró en la metilación del gen KCNQ1 y WT1.
Y es que aunque la secuencia de ADN sea fija (al menos hasta el momento) la epigenética nos demuestra que se dan multitud de reacciones químicas asociadas (metilación del ADN, histonas…) que mediante la alimentación se pueden modificar, para bien o para mal.
Hay multitud de genes implicados. Otro ejemplo es el ya famoso MTHFR.
Ya es posible realizar estudios genéticos de predicción de riesgo de ictus. Cada vez más estudios asocian determinados nutrientes como la vitamina B12 y el ácido fólico con la modificación del riesgo de padecer un ictus isquémico.
Espero que hayas llegado hasta el final del artículo!
Si ha sido así y tienes preguntas que resolver o estás interesado en que te ayude a mejorar, no dudes en contactar conmigo. Ya sea por redes sociales, email, teléfono o whatsapp… estaré encantada de poder ayudarte!