¿SABEMOS HACER ELECCIONES SALUDABLES?
Cada vez me sorprendo más cuando acudo a un supermercado.
El marketing alimentario se ha convertido en una herramienta tan importante para disfrazar de saludable aquello que no lo es, que es normal la confusión que se crea en el consumidor.
Son muchos los pacientes con los que tengo que tratar este tema, y hoy, he decidido compartirlo con todos para intentar aportar algo de luz sobre ello.
Como decía, las estanterías de nuestros supermercados están llenas de productos con grandes etiquetas que nos incitan a comprarlos incrementando nuestra sensación de que estamos optando por un buen producto para nuestra salud, elaborado de manera tradicional y cuidando la materia prima.
Sin embargo, en muchas ocasiones no es más que eso… puro marketing.
Los conceptos básicos:
Veamos para comenzar, que es lo que dice la RAE sobre cada uno de estos términos.
Saludable: Que sirve para conservar o restablecer la salud corporal.
Natural: Perteneciente o relativo a la naturaleza o conforme a la cualidad o propiedad de las cosas. Que está tal como se halla en la naturaleza, o que no tiene mezcla o elaboración.
Ecológico: Realizado u obtenido sin emplear compuestos químicos que dañen el medioambiente.
Artesano: Perteneciente o relativo a la artesanía. Producto producido por técnicas puramente mecánicas con objetos de uso doméstico imprimiéndoles un sello personal a diferencia del fabril.
Procesado: Que ha sido objeto de procesamiento. Producto sometido a un proceso de transformación físico, químico o biológico.
Modificado: Producto que ha sido transformado o cambiado mudando alguna de sus características.
Aclarar conceptos entorno a la alimentación:
Parece que estos conceptos están claros y no inducen a error. Y, sin embargo, lo hacen mucho y frecuentemente. El ritmo de vida actual y el no saber priorizar nuestra salud y nuestro bienestar frente a la vorágine laboral, nos lleva a comprar productos sin atender realmente a estos conceptos. De esta forma, acabamos tomando malas decisiones que finalmente inciden sobre nuestra salud.
Este hecho, es sobradamente conocido por la industria alimentaria que nos “facilita” productos ultraprocesados disfrazados de algo que no son.
Sin embargo, como muchos sabéis, soy tecnóloga de los alimentos. Y no toda la industria alimentaria utiliza estas técnicas. Podemos aprovecharnos del gran desarrollo de esta industria para facilitarnos la vida sin llegar al extremo de estropear la salud.
«El ritmo de vida actual y no saber priorizar nuestra salud sobre el estrés nos lleva a comprar productos sin atender realmente a estos conceptos»
¿Sabes realmente hacer elecciones saludables cuando eliges tus alimentos? Vamos a ver algunos ejemplos para esclarecerlo:
Aceite de Oliva: un producto altamente saludable demostrado científicamente. Sin embargo, es un producto procesado ya que es necesario el prensado de las olivas para su obtención. El proceso puede ser artesanal o industrial. Si las aceitunas son de cultivo ecológico, el producto también lo será pero si se emplean disolventes para obtener un aceite más refinado (no virgen extra de primera prensada en frío) entonces será un producto no ecológico. Pero no por ello deja de ser saludable.
Arroz: ¿Qué adjetivos le pondrías? Es un alimento natural, puede ser ecológico o no. Esta característica es la que lo hace más o menos saludable entre otras cosas, pero no es la principal. ¿Está procesado? Aquí ya comenzamos a diferenciar. Generalmente todo el arroz lleva cierto proceso de procesado ya que lo compramos envasado. Pero el grado de procesamiento es distinto si el arroz es integral (con todos sus nutrientes) o está descascarillado (arroz blanco). Es saludable porque aporta hidratos de carbono complejos y si es integral, también minerales y vitaminas.
Frutos Secos: Nadie duda de que son saludables, aunque eso no los hace recomendables para todo el mundo, si lo son para la mayoría de la población. Nos aportan ácidos grasos insaturados que protegen nuestra circulación y nuestro sistema nervioso. No están procesados ni modificados, si están crudos y con cáscara. Pero cuando los compramos en bolsa, fritos, con sal o miel… la cosa cambia mucho y ya no se parecen tanto al producto original.
¿Ves cómo cambian las características de un alimento a nada que nos fijemos en él?
Vamos con algo más difícil:
Chorizo vs Jamón cocido: A priori todos lo tenemos claro. El chorizo no es saludable porque tiene mucha grasa y además saturada. ¿Y el jamón cocido si? La industria alimentaria productora de embutido ha cambiado tanto, que el jamón cocido actual ya no se parece en nada al de hace 20 años!! Ambos son productos procesados. Pero es muy difícil encontrar jamón cocido artesano y natural. Sin embargo, el chorizo si lo es. Tiene más grasa saturada, pero el jamón cocido tiene almidón!! Si, si… has leído bien, y además suele estar modificado y puede repercutir sobre nuestra salud. En ambos casos es importante leer bien el etiquetado para saber lo que estamos comprando y comiendo. Más de uno se sorprendería.
PAN: Este alimento, por desgracia, necesitaría de un post entero para poder ser explicado correctamente. Antes se producía de manera artesanal (el panadero se levantaba a las 3 de la mañana para hacerlo) con elementos naturales (harina, levadura, agua y sal) y no modificados. Actualmente, es difícil encontrar un pan que realmente sea saludable. De ahí muchos de los problemas que veo en consulta de intestino irritable, intolerancia al gluten, sensibilidad, etc… El pan era saludable y era artesano. Actualmente, se hace con harinas refinadas y almidones modificados. Está ultraprocesado y no está elaborado con ingredientes naturales. Sin embargo, buscando, podemos encontrar aún buen pan.
Como nutricionista siempre aconsejo tomar alimentos lo más naturales posibles, poco o nada procesados y sobre todo saludables. En el caso de los productos procesados, aconsejo solamente comprar alimentos con un procesado mecánico o físico pero no químico, es decir, alimentos congelados (verduras congeladas), alimentos integrales envasados, vegetales prelavados y embolsados…
Como siempre les digo a mis pacientes: “Alcancemos un equilibrio en todas aquellas decisiones que tomemos. De forma razonada, razonable y fundamentada en argumentos sólidos”. Solo así conseguiremos que nuestra alimentación sea consciente.
A partir de mañana, 13 de diciembre de 2016, cambia el etiquetado de los alimentos. Ahora las empresas fabricantes deberán ser más explicitas a la hora de informarnos sobre los ingredientes y la composición de los alimentos.
¿Sabes mejor ahora, cómo hacer elecciones saludables?
En Nutrición Donostia tenemos un servicio de acompañamiento al supermercado para enseñarte a elegir bien tus alimentos sin gastarte una fortuna.
¡Ven a conocernos e infórmate sin compromiso!